El Maratón Cañeros es una carrera para bicicletas de montaña celebrada en los cañaverales de La Romana. Tiene cuatro rutas de diferentes distancias desde diez hasta sesenta kilómetros, compiten todas las categorías desde infantiles hasta los superiores o élites y es parte del calendario y campeonato nacional de bicicleta de montaña. Este año incluyeron una carrera pedestre en la ruta de diez kilómetros.
Maratón Cañeros 2013 (foto cortesía de Joan Febles) |
Desde la primera vez que escuché de esta carrera me llamó la atención, por dos razones, una la distancia, la de sesenta kilómetros, entendiendo que en bicicleta de montaña y por el terreno es bastante, y la otra por el clima en el lugar, entendiendo que no podía haber mucha sombra en los cañaverales y donde la humedad es alta. No soy ciclista de montaña, ni tengo una de estas bicicletas, pero desde que un día di un paseo por los cañaverales con un grupo de los Cañeros (nombre del grupo que organiza la carrera) me encantó el lugar, por lo que tenía que hacer la carrera, cosa que he venido haciendo por los últimos tres años.
Este evento, en mi humilde opinión, es uno de los mejores en los cuales he participado y no es solo por la organización es además por el ambiente que se genera en este, lo mejor es que cada año se superan, toman nota de lo que ven hizo falta o se puede mejorar y al año siguiente todo está mucho mejor, hay un trabajo verdaderamente profesional detrás de él y esto lo demuestra la enorme cantidad de ciclistas de todo el país que se dan cita allí, cada año superando en cantidad el año anterior.
Sé que dejaré de mencionar nombres, pido excusas, pero Carmen Santoni, Juan Elmufdi y Don Simón López son la maquinaria y el ingenio detrás de todo, según me cuentan, y dos amigos Homero de Pool y René López y sus respectivas familias, se fajan por igual y en lo particular nos bridan su hospitalidad cada año y hacen que el fin de semana sea todo lo agradable posible.
El año pasado ya inmerso en la idea y entrenamientos para correr ultras distancias le comenté a Homero que volvería este año pero ya no pediría una bicicleta prestada, solo iría con mis tenis a correrla, honestamente no sé si el me creyó, pero le confirmé mis intenciones este año y acogieron la idea y me permitieron hacerla. Tenía que pedir permiso, ya que no se puede llegar a una fiesta a hacer lo que a uno se le antoje y además, ellos organizan un evento para ciclistas no para corredores y el soporte y logística es diferente, coordinamos lo que yo necesitaba y sencillamente abrieron las puertas y ayudaron en todo.
La carrera comienza a las diez de la mañana, pero para poder terminar más o menos con los ciclistas y además para evitar algo de calor al menos en las primeras horas, yo debía comenzar a las seis de la mañana, para esto necesitaba un vehículo de soporte que no solo llevara la hidratación y alimentos, pero además que cuidara de mí en todas las horas que iba a estar solo en este lugar. ¿Pero quién soportaría esta tarea tan aburrida?, solo se me ocurrió la persona con la que sé puedo contar para cualquier cosa y el sí de su parte salió antes de yo terminar de preguntar, ese es mi Compadre Oscar. Pero los cañaverales es un lugar donde te puedes perder fácilmente y me explicaron que había un lugar donde era recomendable que el vehículo no entrara, por lo que no podía seguir la ruta marcada, por cierto excelentemente marcada, y también si se presentaba una emergencia y había que salir rápido era mejor tener una persona que conociera el lugar y Homero nos lo consiguió, este fue Elías.
Con el Compader Oscar y Elías al final de la carrera. |
5:59 a.m. |
Seis de la mañana en punto se dio mi partida oficial, estaba totalmente oscuro, que bueno, así podía probar lo que es correr con el foco, aunque en los cañaverales es campo abierto y avenidas de caliche, ya veremos cuando esté oscuro en el trillo de una montaña, la otra parte buena es que la temperatura estaba sumamente agradable. Tan pronto comencé a correr me di cuenta que me sentía muy bien y que tal vez el día no iba a ser tan largo como había pensado, ahora quería tratar de aprovechar las horas más frescas y suaves del terreno para avanzar lo más posible, pero no podía volverme loco y poner un paso muy rápido, ya que no estoy en la mejor forma y lo peor de la carrera vendría después de los veinte o treinta kilómetros por lo que me había comentado René la noche anterior. Sí he hecho la carrera tres años en bicicleta, pero la ruta la cambian todos los años, por lo que conozco el terreno y más o menos los obstáculos pueden aparecer, pero no el orden, eso me lo aclaró René y por ello más o menos iba trazando la estrategia mientras corría.
Disfrutando las primeras horas. |
Y así pasaron los primeros veinte kilómetros, yo disfrutando de la corrida y el clima, la tercera hora estuvo bastante cómoda también, pero ya comienzan los toboganes (subidas y bajadas), por lo que me explicaron, vendrían como tres secciones bastante fuertes de ellos, y así fue, a esto también teníamos que agregar que ya llegaban las diez de la mañana y el sol se hacía presente, aunque tuve la ayuda de unas cuantas nubes que se turnaban para taparlo por casi toda la carrera, pero también iba por encima de las tres horas corriendo ya sobrepasando las corridas de los últimos tres meses, me sentía bien pero ya se comenzaba a sentir, ya era hora concentrarse.
Subiendo toboganes, sí, estoy en la foto, busquen un punto blanco casi en la cima. |
Cuando ya se asomaba esta primera meta, paso por mi lado el primer ciclista que veía todo el día, era buena noticia, ya sentiría algo de compañía y no estaría sufriendo solo pero además servirían de entretención y distracción, lo que nunca pude imaginar que el cohete que pasó por mi lado era Ismael Sánchez y la diferencia que llevaba con respecto a los demás ciclistas era asombrosa, no los calculé, pero llegué a pensar que o este ciclista estaba perdido o había cortado la ruta, ya que habían pasado muchos minutos cuando vi al segundo y de ahí en adelante fueron llegando de una manera más razonable. Mis respetos Sr. Sánchez.
Animales educados, seden el paso, muchos humanos deberían aprender de ellos. |
Celebrando los 50k. |
Ahora hay un problemita, hay que terminar, faltan diez kilómetros, las piernas no quieren correr y está caliente el sol, bueno le voy a cumplir la promesa a mi cuerpo, ya que me dio lo que le pedí, vamos a terminar sin mucha exigencia. De ahí en adelante entre correr y espacios caminando fui llegando pero ya faltando unos cuatro o tres kilómetros para la meta llegué al lugar que más me gusta de esta carrera, es una gran bajada a un riachuelo y luego una gran subida, lo que como que en la bicicleta son más cortas, ¡POR DIOS QUE LARGAS SON! Molestaba bajar y definitivamente se caminó totalmente para subir, pero todo de muy buen ánimo, además de que compartía con los ciclistas que no dejaban de pasar por mi lado, les confieso que cuando pasé por el riachuelo quise quedarme ahí mismo.
Ya terminada esta subida era cuestión de solo trotar algo más de un kilómetro, tal vez dos, los cuales se hacen con la energía de la meta llamándote.
¡Llegamos! |
JLM
Mi cena la noche anterior:
-Lasaña de espinaca y pan.
-Cerveza para la hidratación.
(Esta cena es una tradición Cañera de nuestro grupo)
Desayuno:
-Cereal con leche.
-Una tasa de café.
-Una tasa de café.
-20 onzas agua.
Durante la carrera:
-64 onzas de bebida isotónica.
-80 onzas de agua.
-30 onzas de bebida de cola.
-6 geles.
-7 pastillas de sal.