Nunca antes había llegado a un evento con tantas ganas de
terminarlo. Sí, suena raro, claro que siempre vamos a los eventos con una meta
principal que es terminar, pero en esta ocasión y debido a mis malas
experiencias recientes, terminar era la medicina que necesitaba.
Esta medicina la estaba buscando y esperando, pero no fue
hasta una semana antes de este evento que todas las condiciones se dieron para
tomar la decisión de participar y en cuestión de instantes ya estaba inscrito y
con todos los preparativos hechos.
Nos dirigimos a Bandera, Texas. Este es un pueblo cercano a
San Antonio, en este lugar correríamos el Bandera 100k, en un terreno que nos
prometía, serpientes cascabel, escorpiones, puercos salvajes, armadillos,
piedras, senderos, cactus y grandes escaladas. Pero el protagonista del fin de
semana no fueron ninguno de estos. El actor principal fue el clima. La lluvia
de toda la noche anterior y gran parte del evento, convirtieron la parte de
tierra en un solo lodo y las partes de piedras, que eran las escaladas y los
descensos, en muy resbalosas.
Perfil de la ruta. Repetir dos veces. |
7:30 a.m. se da la largada y en esta ocasión les voy a
resumir la carrera en un párrafo, para que no lean mucho. Es que en realidad
fueron muchos kilómetros pero es fácil de resumir. El terreno estaba totalmente
mojado desde que llegamos, hacía un frio que poco me faltó para pedir ropa
prestada para ponerme más. Debíamos andar con cuidado de no resbalar cuando
subíamos y mucho más cuidado cuando bajábamos. Los pedazos más planos, el lodo
era tanto y tan pegajoso que correr era bastante incómodo, básicamente con dos
libras más en cada pies, y dejas de intentar limpiarlo cuando notas que
inmediatamente vuelves a estar igual. Final de la primera vuelta. Segunda
vuelta, la misma ruta, más mojada, más fría, comenzó a llover de nuevo y no
paró, lo que la hizo más resbalosa. Ahora el lodo que era pegajoso en la
primera vuelta era un jabón, caminando resbalabas en él. Esta vuelta era oscuro
de noche y con neblina en las cimas de las montañas, cosa que con la lámpara
que llevas en la cabeza hace que no veas mucho. Final. Vieron que fácil.
En cuanto a mi corrida y la parte física, creo puedo decir y
destacar que por fin creo haber logrado parte de la fortaleza que necesitaba,
digo parte ya que siempre se puede mejorar. Eso se lo debo todo a Davianty
quien es el encargado de ese departamento. Corrí bastante bien, escalé mucho
mejor, se puede decir que si las condiciones del terreno hubieran sido mejores
me pudo haber ido mejor, sí, pero estas fueron las condiciones del día y esas
son las cosas bonitas de estos eventos, las enfrentamos y las disfrutamos como
nos tocan. La ruta más bonita y demandante de lo que esperaba, cosa que me da
más satisfacción.
La realidad es que no puedo explicar cómo transcurrió mi
carrera, solo sé que me sentía bien, tomé el terreno y las condiciones como
venían y las pequeñas metas eran ir llegando a cada mesa de abastecimiento.
Comí lo que me apeteció en cada me mesa. En una me di un hartura de quesadillas
que para que les cuento, rellenaba mi botella de agua y seguía.
Sí recuerdo haber pensado en algún momento que si todavía no
iban cincuenta kilómetros cómo iba a hacer los segundos cincuenta, pero una vez
comencé esa segunda vuelta todo cambió y solo era llegar a la meta.
Justo antes de completar la primera vuelta. 50k |
-Las manos las tuve heladas gran parte del evento, aún con
los guantes puestos. En una ocasión quise quitarme los tenis para sacarme un
pedazo de lodo o piedra que estaba justamente en el puente del pie y molestaba
bastante, pero los dedos estaban tan hinchados e insensibles que no pude
desamarrar el nudo.
-Está demás decir que toda la carrera tuve los tenis lleno
de todo. Aprendes a ni sentirlo ya después de varias horas.
-Creía ser el único dominicano en la el evento, hasta que
llegué a una de las mesas de abastecimiento que encontré un pote de Ron
Barceló.
En estos eventos dependiendo el clima las mesas proveen
comida o bebidas para frio o para calor. En este caso fue para frio. Aparte de
las hidrataciones y comidas típicas de ultras, en todas las mesas ofrecieron
comidas calientes, sopa de fideos, chocolate caliente, quesadillas, puré de
papa, derretidos de queso y en una de ellas había whisky, ron y tequila.
Antes de que pregunten, comí de todo esto menos las bebidas
espirituosas.
Por si no me creen. |
-Los tenis y medias terminaron tan enlodados, que me los
quité y los dejé allá mismo. No había forma de meterlos en mi mochila, que era
mi única maleta y venía desde la carrera casi directo al aeropuerto para mi
retorno.
-En un momento cayó hielo, no nieve, ni granizo, pedacitos
de hielo.
-Las ramas de los árboles y las hojas de los cactus sotol,
amanecieron totalmente heladas, cuando las tocabas caía todo el hielo.
-A pesar de todo casi logro terminar sin caerme. Faltando
menos de dos millas en la última bajada resbalé en una piedra y al caer me di
bastante duro en un tobillo. Está hinchado todavía.
No me lo van a creer, pero esta fue la vez que menos
disfruté el momento exacto de cruzar la meta, esto porque un poco después de la
mitad, sentí una tranquilidad y seguridad, que la venía gozando y saboreando
por todos esos kilómetros.
JLM