martes, 13 de enero de 2015

Bandera 100k. Terminar sí o sí.



Nunca antes había llegado a un evento con tantas ganas de terminarlo. Sí, suena raro, claro que siempre vamos a los eventos con una meta principal que es terminar, pero en esta ocasión y debido a mis malas experiencias recientes, terminar era la medicina que necesitaba.

Esta medicina la estaba buscando y esperando, pero no fue hasta una semana antes de este evento que todas las condiciones se dieron para tomar la decisión de participar y en cuestión de instantes ya estaba inscrito y con todos los preparativos hechos.

Nos dirigimos a Bandera, Texas. Este es un pueblo cercano a San Antonio, en este lugar correríamos el Bandera 100k, en un terreno que nos prometía, serpientes cascabel, escorpiones, puercos salvajes, armadillos, piedras, senderos, cactus y grandes escaladas. Pero el protagonista del fin de semana no fueron ninguno de estos. El actor principal fue el clima. La lluvia de toda la noche anterior y gran parte del evento, convirtieron la parte de tierra en un solo lodo y las partes de piedras, que eran las escaladas y los descensos, en muy resbalosas.

Perfil de la ruta. Repetir dos veces.
7:30 a.m. se da la largada y en esta ocasión les voy a resumir la carrera en un párrafo, para que no lean mucho. Es que en realidad fueron muchos kilómetros pero es fácil de resumir. El terreno estaba totalmente mojado desde que llegamos, hacía un frio que poco me faltó para pedir ropa prestada para ponerme más. Debíamos andar con cuidado de no resbalar cuando subíamos y mucho más cuidado cuando bajábamos. Los pedazos más planos, el lodo era tanto y tan pegajoso que correr era bastante incómodo, básicamente con dos libras más en cada pies, y dejas de intentar limpiarlo cuando notas que inmediatamente vuelves a estar igual. Final de la primera vuelta. Segunda vuelta, la misma ruta, más mojada, más fría, comenzó a llover de nuevo y no paró, lo que la hizo más resbalosa. Ahora el lodo que era pegajoso en la primera vuelta era un jabón, caminando resbalabas en él. Esta vuelta era oscuro de noche y con neblina en las cimas de las montañas, cosa que con la lámpara que llevas en la cabeza hace que no veas mucho. Final. Vieron que fácil.

 
No son mis pies, pero así los teníamos todos. (Foto tomada del FB)
En cuanto a mi corrida y la parte física, creo puedo decir y destacar que por fin creo haber logrado parte de la fortaleza que necesitaba, digo parte ya que siempre se puede mejorar. Eso se lo debo todo a Davianty quien es el encargado de ese departamento. Corrí bastante bien, escalé mucho mejor, se puede decir que si las condiciones del terreno hubieran sido mejores me pudo haber ido mejor, sí, pero estas fueron las condiciones del día y esas son las cosas bonitas de estos eventos, las enfrentamos y las disfrutamos como nos tocan. La ruta más bonita y demandante de lo que esperaba, cosa que me da más satisfacción.

La realidad es que no puedo explicar cómo transcurrió mi carrera, solo sé que me sentía bien, tomé el terreno y las condiciones como venían y las pequeñas metas eran ir llegando a cada mesa de abastecimiento. Comí lo que me apeteció en cada me mesa. En una me di un hartura de quesadillas que para que les cuento, rellenaba mi botella de agua y seguía.
Sí recuerdo haber pensado en algún momento que si todavía no iban cincuenta kilómetros cómo iba a hacer los segundos cincuenta, pero una vez comencé esa segunda vuelta todo cambió y solo era llegar a la meta.
Justo antes de completar la primera vuelta. 50k

 Anécdotas de esta carrera.

-Las manos las tuve heladas gran parte del evento, aún con los guantes puestos. En una ocasión quise quitarme los tenis para sacarme un pedazo de lodo o piedra que estaba justamente en el puente del pie y molestaba bastante, pero los dedos estaban tan hinchados e insensibles que no pude desamarrar el nudo.
-Está demás decir que toda la carrera tuve los tenis lleno de todo. Aprendes a ni sentirlo ya después de varias horas.
-Creía ser el único dominicano en la el evento, hasta que llegué a una de las mesas de abastecimiento que encontré un pote de Ron Barceló.
En estos eventos dependiendo el clima las mesas proveen comida o bebidas para frio o para calor. En este caso fue para frio. Aparte de las hidrataciones y comidas típicas de ultras, en todas las mesas ofrecieron comidas calientes, sopa de fideos, chocolate caliente, quesadillas, puré de papa, derretidos de queso y en una de ellas había whisky, ron y tequila.
Antes de que pregunten, comí de todo esto menos las bebidas espirituosas.

Por si no me creen. 
-Los tenis y medias terminaron tan enlodados, que me los quité y los dejé allá mismo. No había forma de meterlos en mi mochila, que era mi única maleta y venía desde la carrera casi directo al aeropuerto para mi retorno.

-En un momento cayó hielo, no nieve, ni granizo, pedacitos de hielo.
-Las ramas de los árboles y las hojas de los cactus sotol, amanecieron totalmente heladas, cuando las tocabas caía todo el hielo.
-A pesar de todo casi logro terminar sin caerme. Faltando menos de dos millas en la última bajada resbalé en una piedra y al caer me di bastante duro en un tobillo. Está hinchado todavía.


No me lo van a creer, pero esta fue la vez que menos disfruté el momento exacto de cruzar la meta, esto porque un poco después de la mitad, sentí una tranquilidad y seguridad, que la venía gozando y saboreando por todos esos kilómetros.


JLM

1 comentario:

  1. Felicidades!!!! como dice Arismendi Valdez "debemos aprender a correr contra las adversidades" y aqui hay un buen ejemplo.. Saludos y éxitos en tus proximos retos.

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